Una mamá puede encontrarse frente a una cesárea, incluso si no lo tenía planeado. Una cesárea puede ocurrir por una variedad de razones, y en algún momento al final del embarazo, antes o durante la labor del parto, tu pareja, tu y los proveedores de salud podrían decidir que es la opción más segura para el nacimiento del bebé o para ti.
Como educadoras prenatales promovemos que las futuras mamás siempre incluyan en sus planes de parto la posibilidad de una cesárea, aún si están convencidas de que es muy poco probable que esto ocurra. En México los índices de cesárea son muy altos, y tener una listilla con algunos deseos para la cesárea es una manera más de hacer honor la nacimiento del bebé, y es ademas un gran paso para hacer de una cesárea una experiencia positiva.
Aquí les compartimos algunos buenos tips que a su vez comparte la educadora perinatal Lamaze, Sharon Muza, en el sitio Giving Birth with Confidence.
Platícalos con anticipación con tu proveedor de salud y averigua qué cosas van a ser posibles según las circunstancias y el lugar en donde el nacimiento se llevará a cabo.
1. Si sabes que te harán una cesárea sin oportunidad de iniciar la labor de parto, pregunta a tu médico si existe algún riesgo al permitir que sea el bebé quien decida su fecha de nacimiento. Esperar a que las contracciones inicien para ir al hospital beneficia a tu cuerpo, a tu bebé y a tus futuros partos; por supuesto que hay algunos casos en los que esperar no es posible, por ejemplo la patenta previa, que es cuando la placenta está obstruyendo el cuello uterino.
2. Si se tomó la decisión de hacer una cesárea, y el tiempo lo permite, tómate unos minutos para hablar con tu bebé. Cuéntale lo que ocurre y dile que muy pronto estará entre tus brazos.
3. Entra caminando a la sala de operación si es posible. Entrar por tus propios medios te empodera, aunque esto no será posible en algunas circunstancias y si te aplicaron antes una epidural.
4. Pide, si es posible, que haya dos personas de apoyo en el quirófano. Una puede ser tu pareja y la otra tu dobla, un familiar o una amiga. Es bueno que haya dos personas, para que sigas teniendo apoyo mientras tu pareja va a saludar al bebé mientras lo pesan. Si el bebé tiene que ir a recibir cuidados especiales, tu pareja podrá acompañarlo sin miedo a dejarte sola.
5. Pregunta si puedes llevar música al quirófano. Una bocinita con sonido suave cerca de tu cabeza podrá hacer que te sientas más relajada y motivada.
6. Pide que el personal de salud se tome, si es posible, unos minutos antes de operar para presentarse contigo. Dentro de un quirófano normalmente hay más gente de la que la mamá espera, y todos disfrazados con sus trajes y sus cubre-bocas. Un simple: “hola, soy María y soy la pediatra que va a recibir a tu bebé” puede hacer de la experiencia algo menos impersonal.
7. Si no quisiste saber el sexo de tu bebé para descubrirlo en el nacimiento, pide al personal de salud que no anuncien si es niño o niña al nacer. Pide que los dejen, a ti y a tu pareja, descubrir qué es.
8. Pregunta si es posible retrasar un poquito, aunque sea unos segundos, el corte del cordón. Esto trae beneficios al bebé.
9. Algunas personas se sientes con náusea durante una cirugía. Esto puede deberse a los nervios, al procedimiento o a los olores no familiares. Pide llevar una bolita de algodón con esencia de menta para oler. Con esto podrías evitar algún medicamento que te provoque sueño.
10. Habla con tu bebé cuando nazca. Pregúntale a tu pareja cómo está el bebé, y cómo es. Haz que tu bebé pueda escuchar tu voz y que su transición del útero a la vida afuera sea más suave. Cuando te traigan al bebé háblenle y cántenle la canción que le cantaban cuando estaba en la pancita.
11. Pregunta cuáles procedimientos pueden dejarse para después, y que tu bebé pueda estar contigo y ofrecerle el pecho. En algunas circunstancias pesar, medir y poner vitamina K al bebé no es urgente y puede esperar para un poco después.
12. Pregunta si es posible el contacto piel con piel con bebé mientras te cierran la incisión. Esto hay que preparase con anticipación; tu bata está un poquito retirada de tu pecho y hay cerca una sabatina tibia para taparlos a los dos. Alguien está también al pendiente de sostener al bebé, por seguridad. Si te sientes incómoda para hacer esto en el quirófano, otra opción es que tu pareja tenga puesta una camiseta que se abre por delante, y sea él quien se coloque al bebé en el pecho un ratito.
13. Cuando vuelvas al cuarto y puedas estar con tu bebé, trata de aprovechar al máximo este tiempo a solas, que es invariable. Abrázalo, acarícialo e intenta amamantar. Pide a las visitas que esperen un poco para verte a ti y al bebé. Con menos distracciones ayudarás que tu cuerpo y el bebé se conecten y vinculen.
Un nacimiento por cesárea, planeado o no, ofrece muchos retos a la madre y al bebé. Es importante prepararse con anticipación ante la posibilidad, e incluirla en tu plan de nacimiento y con tus propios términos. Háblalo con tus proveedores de salud, una cesárea también puede ser una experiencia maravillosa.